Daño cerebral

Uno de los efectos secundarios del abuso de sustancias, lamentablemente poco mencionado, es el daño cerebral: teniendo en cuenta que la acción clave de las sustancias psicoactivas se encuentra en el cerebro, no es de extrañar que el uso prolongado de algunos fármacos o alcohol pueda provocar una lesión neurológica. Los resultados debilitantes y potencialmente mortales justifican una mayor comprensión de exactamente cuáles son los riesgos, si se pueden prevenir o revertir y cómo tratarlos.

Daño cerebral y su vínculo con el abuso de sustancias

El alcohol es una neurotoxina que puede causar daño físico al cerebro, mientras que existen otras sustancias que se encuentran en determinados fármacos o medicamentos, que entran en la categoría de estimulantes, depresores o alucinógenos, que también pueden provocar alteraciones. Una persona bajo la influencia del alcohol o las drogas también corre el riesgo de sufrir daño cerebral traumático debido a accidentes.

Daño cerebral como consecuencia del alcohol, los fármacos y las drogas

El mal uso de fármacos, las drogas ilegales y el alcohol tienen varios efectos en el cerebro, que variarán en gravedad según el tipo de sustancia que se haya consumido. Entre estos efectos se incluyen los siguientes:

  • Interrupción de los nutrientes que necesita el tejido cerebral.
  • Daño directo, lesión y muerte de las células cerebrales, incluidos los receptores de neurotransmisores.
  • Alteraciones en las concentraciones químicas del cerebro, como los neurotransmisores y hormonas.
  • Privación de oxígeno al tejido cerebral

Daño cerebral inducido por alcohol

Los niveles moderados a altos de consumo de alcohol durante un período prolongado o el consumo excesivo de alcohol durante períodos más cortos de tiempo pueden provocar daño cerebral inducido por alcohol. A corto plazo, la sustancia puede reducir las inhibiciones y afectar el juicio, el equilibrio y la coordinación, aumentando el riesgo de TCE producto de accidentes.

Una de las principales razones del daño cerebral inducido por alcohol es la deficiencia de tiamina (vitamina B1). La tiamina, que es un nutriente esencial para un cerebro sano, no es producida por el cuerpo y debe consumirse en alimentos o suplementos. El alcohol interfiere con la absorción de tiamina debido a la hinchazón del revestimiento del estómago, por lo que beber en exceso suele estar asociado a una dieta deficiente, y en consecuencia, a falta de tiamina.

El daño cerebral inducido por alcohol puede provocar:

  • Deterioro del juicio y la autoconciencia
  • Aislamiento social
  • Depresión y trastornos del estado de ánimo
  • Falta de motivación
  • Problemas de concentración
  • Impulsividad y comportamiento imprudente

Existen varios tipos de daño cerebral inducido por alcohol según el lugar donde ocurra la lesión neurológica:

  • Atrofia cerebelosa: causa problemas de equilibrio y coordinación
  • Neuropatía periférica: conduce a dificultades sensoriales en manos, pies y piernas.
  • Encefalopatía hepática: como resultado de una enfermedad hepática.
  • Disfunción del lóbulo frontal: afecta la cognición, el comportamiento y la personalidad.
  • Encefalopatía de Wernicke: puede desarrollarse debido a una deficiencia extrema de tiamina
  • Síndrome amnésico de Korsakoff: también como resultado de una deficiencia extrema de tiamina.

Daño cerebral por abuso o uso indebido de medicamentos

El efecto tóxico de los medicamentos varía según el tipo de fármaco del que se trate y la cantidad que se toma. Las consecuencias del uso indebido de drogas y medicamentos pueden ser graves e incluyen:

  • Convulsiones
  • Infarto de miocardio
  • Lesión cerebral hipóxica

Los fármacos psicoactivos se pueden dividir en tres categorías generales según cómo afecten al sistema nervioso central:

  • Estimulantes
  • Depresores
  • Alucinógenos

Los  estimulantes generan una excitación en el sistema nervioso central, aumentando el estado de alerta y la actividad física. Entre este tipo de sustancias podemos encontrar la nicotina de los cigarrillos y la cafeína en el café o las bebidas gaseosas. En el caso de las drogas ilícitas, en esta área encontramos las anfetaminas, éxtasis y cocaína. Muchas drogas que se usan comúnmente en el tratamiento de lesiones cerebrales pueden causar enfermedades graves o la muerte cuando se mezclan con éxtasis: por ejemplo, los medicamentos antidepresivos, como Prozac, Aropax, Zoloft, pueden interactuar peligrosamente con dicha sustancia.

Los depresores  desaniman al sistema nervioso central: en una dosis normal, pueden provocar relajación, reducción de la coordinación, desinhibición y falta de concentración. Las dosis mayores o indebidas pueden provocar náuseas, pérdida del conocimiento e incluso la muerte en el peor de los casos. El depresor legal más popular es el alcohol, teniendo como contraparte al cannabis como el depresor ilegal más consumido. El consumo crónico de cannabis puede exacerbar muchos de los problemas que experimentan las personas con daño cerebral adquirido y retrasar o evitar que vuelvan a aprender las habilidades perdidas.

Las benzodiazepinas son medicamentos recetados que a menudo se usan por sus efectos depresores: dentro de la familia de las drogas opiáceas en esta categoría encontramos la heroína, morfina, codeína y petidina. Si se utilizan de manera combinada con otros depresores del sistema nervioso central pueden resultar fatales.

Los inhalantes son una gama de productos químicos que se inhalan para producir una sensación de elevación: muchos de estos tienen un efecto depresor y pueden obtenerse de una gran variedad de productos domésticos como pegamento, aerosoles y gasolina. El uso prolongado de inhalantes puede causar daño cerebral y daño al sistema nervioso central, así como pérdida de audición, daño de la médula ósea, hígado y riñón y disminución de los niveles de oxígeno en sangre.

Por último, los alucinógenos  afectan las percepciones, sensaciones, pensamientos y emociones de la persona que los consume. Los ejemplos más comunes incluyen LSD, mescalina y psilocibina.

Tratamiento del daño cerebral por abuso de drogas y alcohol

Cuando ocurre una situación de abuso de sustancias, puede resultar complejo determinar hasta qué punto ha progresado el daño cerebral y corporal. Sin embargo, en DACER contamos con profesionales capacitados para tratar pacientes con abuso de sustancias que podrán diagnosticar el alcance del problema y determinar el plan de tratamiento específico y personalizado para el paciente, ayudándolo a encaminarse hacia recuperación.

En algunos casos, el daño cerebral causado por el abuso de sustancias psicoactivas puede no ser completamente reparable: sin embargo, contar con especialistas que cuenten con las aptitudes necesarias para abordar este tipo de situaciones puede significar una verdadera diferencia en la calidad de vida del paciente.

Para casos de emergencia Llamar al :91-667-16-46

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