Síndrome Disejecutivo

El síndrome disejecutivo (S.D) refiere a un conjunto de síntomas que implican un deterioro del control ejecutivo de las acciones, causado por daño a los lóbulos frontales del cerebro. Las personas pueden realizar tareas rutinarias pero les cuesta afrontar nuevas actividades o situaciones. Estas, además, tienen dificultad para iniciar y cambiar estas acciones; por ejemplo, tienen dificultad en  evitar que ocurra una conducta inapropiada o cambiar sus acciones por otras más apropiadas.

¿Qué es el síndrome disejecutivo?

La aparición del Síndrome Disejecutivo se debe a la alteración del área prefrontal o de sus conexiones con el resto del encéfalo.

Las principales causas son:

  • Accidentes Cerebrovasculares
  • Traumatismos Craneoencefálicos
  • Tumores Cerebrales
  • Enfermedades Neurodegenerativas

Síndrome disejecutivo y sus síntomas

Los síntomas del síndrome disejecutivo se dividen en tres amplias categorías: cognitivos, emocionales y conductuales. Según los psicólogos Baddeley y Hitch muchos de los síntomas pueden verse como un resultado directo del deterioro del componente ejecutivo central de la memoria de trabajo, que es responsable del control de la atención y la inhibición.  Aunque muchos de los síntomas coexisten con regularidad, es común encontrar pacientes que presentan varios pero no todos los signos de la afección. Lamentablemente, los efectos acumulados de los síntomas tienen un gran impacto en la vida diaria del paciente.

Síntomas cognitivos

Estos se refieren a la capacidad de una persona para procesar pensamientos. La cognición se vincula principalmente a la memoria, la capacidad de aprender nueva información, el habla y la comprensión de lectura. Los déficits dentro de esta área causan muchos problemas con las decisiones rutinarias y las acciones relacionadas a la vida diaria.

Una de las principales dificultades para una persona con síndrome disejecutivo es la planificación y el razonamiento: cuando estos son deficientes afectan la capacidad del individuo para evaluar y manejar de manera realista los problemas y situaciones que van surgiendo en su vida.

Las personas con síndrome disejecutivo pueden tener un período de atención corto debido a un impedimento en ese control atencional y, como tal, tener dificultad para leer y seguir una historia o conversación.

Síntomas emocionales

Los síntomas emocionales que experimentan las personas con síndrome disejecutivo pueden ser bastante extremos: pueden tener dificultades para inhibir muchos tipos de emociones como la ira, la excitación, la tristeza o la frustración.

Debido a las múltiples deficiencias del funcionamiento cognitivo, suele manifestarse mucha más frustración al expresar ciertos sentimientos y comprender cómo interpretar situaciones cotidianas. Las personas con S.D pueden tener niveles más altos de agresión o ira porque carecen de habilidades relacionadas con el control del comportamiento, además de presentar dificultades para comprender los puntos de vista de los demás, lo que genera enojo y frustración.

Síntomas conductuales

Las personas con S.D pueden ver deterioradas sus habilidades sociales porque sus juicios y conocimientos sobre lo que otros pueden estar pensando se ven afectados como producto de la afección.

Los pacientes pueden tener dificultades para saber cómo comportarse en situaciones de grupo y es posible que no sepan cómo seguir las normas sociales. El ejecutivo central ayuda a controlar los impulsos; por lo tanto, cuando están alterados, los pacientes tienen un deficiente autocontrol y esta situación puede conducir a niveles más altos de agresión e ira.

Otra característica es el comportamiento de utilización es cuando un paciente usa automáticamente un objeto de la manera apropiada, pero en un momento inapropiado. Por ejemplo, si se coloca un bolígrafo y papel frente a una persona con S.D, comenzará a escribir o si hay una baraja de cartas, las repartirá. Los pacientes que presenten este síntoma comenzarán el comportamiento en medio de conversaciones o en momentos inapropiados. Se cree que el comportamiento de utilización ocurre porque una acción se inicia cuando se ve un objeto, pero los pacientes con S.D carecen del control ejecutivo central para inhibir el hecho de actuar en momentos inapropiados.

Trastornos comórbidos

El S.D por lo general se presenta con otros trastornos, lo que se conoce como comorbilidad. Entre las conexiones más frecuentes, encontramos la del síndrome disejecutivo con la enfermedad de Alzheimer: los efectos de los síntomas sobre las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo, como la atención, la planificación y el recuerdo de cosas aprendidas recientemente, son algunos de los primeros indicadores de la enfermedad de Alzheimer y la demencia con cuerpos de Lewy.

Síndrome disejecutivo y abordaje terapéutico

Existen diferentes terapias y abordajes que ayudan a los pacientes a sobrellevar sus síntomas.

EL S.D puede afectar a diversas funciones del cerebro, y debido a que varía de persona en persona, lo ideal es plantear un enfoque holístico y multidisciplinar a la hora de buscar alternativas terapéuticas.

A través de los distintos enfoques se ayudará al paciente a mejorar ciertos aspectos relacionados a su funcionamiento ejecutivo, incluyendo la autoconciencia, el establecimiento de objetivos, la planificación, la autoiniciación, el autocontrol, la autoinhibición, la flexibilidad y el comportamiento estratégico.

En primer lugar, es imprescindible una valoración neuropsicológica, que permita establecer los puntos fuertes y débiles de la persona que presenta síndrome disejecutivo y a partir de ahí, establecer los objetivos terapéuticos.

Un método para que las personas mejoren en estas áreas es ayudarlas a planificar y llevar a cabo acciones e intenciones a través de una serie de metas y objetivos. Para lograr esto, entre otras intervenciones,  los terapeutas enseñan a los pacientes un modelo de tres pasos llamado Enfoque de planificación general. El primer paso es Información y Conciencia, en el que se enseña a los pacientes sobre sus propios problemas y se les muestra cómo esto afecta sus vidas. A continuación, se enseña a los pacientes a controlar sus funciones ejecutivas y comenzar a evaluarlas.

La segunda etapa, establecimiento de objetivos y planificación, consiste en que los pacientes establezcan objetivos específicos, así como en diseñar un plan para lograrlos. Por ejemplo, los pacientes pueden decidir que almorzarán con un amigo (su objetivo). Se les enseña a anotar qué amigo puede ser, a dónde van a almorzar, a qué hora van, cómo llegarán, etc. (subobjetivos). También se les enseña a asegurarse de que los pasos vayan en el orden correcto.

La etapa final, denominada Iniciación, Ejecución y Regulación, requiere que los pacientes implementen sus metas en su vida diaria. La iniciación se puede enseñar a través de rutinas normales. El primer paso puede indicarle al paciente que vaya al siguiente paso de su plan. La ejecución y la regulación se ponen en práctica con recordatorios de cómo proceder si algo sale mal en el guión de comportamiento. Este método de tratamiento tiene por objetivo mejorar el funcionamiento ejecutivo diario.

En DACER creemos que es fundamental potenciar las capacidades preservadas de los pacientes con síndrome disejecutivo y destacar los beneficios de la rehabilitación neuropsicológica en la recuperación de esas funciones alteradas. Para lograr estos objetivos, contamos con profesionales altamente capacitados y un enfoque integral en el que combinamos de la mejor manera diferentes disciplinas que aportan lo necesario para una recuperación óptima y una mejora en la calidad de vida de nuestros pacientes.

 

Para casos de emergencia Llamar al :91-667-16-46

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